domingo, 11 de octubre de 2015

Soñando con cuentos

Con 14 años y mi interés por el islam y la cultura árabe, descubrí por Internet un cuento: "Meriem y la ruta fantástica", sobre una niña que se disfrazaba de princesa árabe y por la chimenea de casa volaba de manera mágica hasta el zoco de Marrakech.
Como en clase siempre nos pedían algún libro para leer, aproveché para pedirle a mi padre el cuento con la excusa de que era para un trabajo de clase.
Cuando terminé de leer el primero, quería seguir con la segunda parte: "En el país de Meriem", cuando los amigos de la niña viajaban a su casa por la misma chimenea que ella había ido.
Así que use la misma estrategia de que me lo habían pedido en clase, y así me hice con él también.
Todavía me falta la tercera parte: "Las mil y una aventuras de Meriem", que espero comprarlo para tenerlos todos y leérselos a mis hijos.
No aprendí mucho sobre islam, pero me encantó la historia de la niña, lo que contaba de Marrakech, y toda la cultura árabe que aparecía en el cuento.
Pero lo más importante para mí fue el nombre: Meriem (Maryam, Meriam, مريم)
Un nombre que quedó grabado en mí y que siempre desee tener una hija que se llamase así.
Por eso cuando nació mi hija, tenía claro el nombre que quería ponerle, a pesar de los años que han pasado, no sólo por el cuento, sino porque esa es la traducción en árabe de María, la madre de Jesús (que la paz sea con ellos) y tal cual aparece en el Coran.

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