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lunes, 18 de diciembre de 2017

¿Dónde quedó la humanidad?

Una de las cosas que me gustan del islam es la hermandad que hay, el apoyo que se le da a un hermano o hermana musulmán cuando está en una situación de necesidad.

Y es que hay un dicho del profeta Muhammad (saws) -hadiz- que dice algo así como: "nadie será un buen creyente hasta que no desee para su hermano lo que quiere para él mismo".

Esta es una frase que tiene mucho que reflexionar.

Hay personas que son muy buenos en las cuestiones del din -religión-. Se esfuerzan por cumplir cada rezo en su tiempo, hacen oraciones voluntarias, dan limosna a quien lo necesita, se ofrecen para ayudar a sus conocidos... Pero luego, se alegran de las desgracias ajenas, son felices viendo sufrir a sus enemigos.
Los hay también que ofrecen un trabajo a un hermano musulmán en sus negocios, dándoles la oportunidad de ganar un dinero lícito -halal- que les permita mantener a sus familias. Pero resulta que esta persona, el buen jefe que ayuda a un hermano con un empleo, termina aprovechándose de él y le paga la mitad del sueldo que merece su trabajo y dedicación.

En este momento, muchas personas estarán pensando: "yo no rezo, pero soy bueno porque no le deseo mal a nadie", "yo no uso hijab, pero mis intenciones son buenas y sinceras".
Y sí, reconozco que también existe este tipo de personas. Pero sólo Allah -Dios- (swt) nos juzgará y recompensará o no en el juicio final.

La reflexión que le encuentro a todo esto, es que ¿dónde está la humanidad?
¿De verdad ayudamos a quien lo necesita sin juzgar primero?
¿De verdad deseamos el bien a los demás?
¿De verdad nos duelen las desgracias ajenas?

Reflexionemos

lunes, 4 de diciembre de 2017

No es oro todo lo que reluce

En muchas ocasiones sentimos admiración por alguna persona y pensamos: "ojalá yo algún día sea como ella/él"
Y está bien fijarse en buenos ejemplos de personalidad para querer mejorar nosotros mismos.
Pero, la verdad, es que no es oro todo lo que reluce. No siempre las cosas son lo que parecen.

Vemos a ese musulmán o musulmana que tiene un gran conocimiento del din, y nos encantaría tener la mitad de conocimiento.  Pero quizás esa persona, a pesar de todo, tiene faltas que no conocemos.

Vemos a ese musulmán o musulmana con un comportamiento ejemplar, que sigue la sunna, que viste adecuadamente... Pero puede que tenga un corazón oscuro y sucio.

Así, podría seguir con una larga lista de ejemplos. Y llegamos entonces al tópico: la fe está en el interior, no es necesario mostrarla, etc.
Pero no es esto lo que quiero decir.

Yo soy de la opinión de que, si tú fe es sincera, poco a poco se deja ver en el exterior (vestuario y comportamiento), porque cada vez tienes mayor fe y te implica más en la religión.
Ahora bien, está claro que cada uno tiene unas circunstancias que sólo él / ella conoce, y puede que no sea capaz de ciertas cosas.
Y yo no estoy aquí para juzgar eso, esa tarea le corresponde a Allah, Dios, el Creador, el Juez.

Lo que quiero decir es que, por mucho que veamos en las personas, para bien o para mal, no sabemos lo que hay en su interior.
Y, a veces, es mejor admirar un buen comportamiento y un buen corazón, que cualquier otra cosa.

Un último consejo, siguiendo un refrán español que resume un hadiz (dicho) del profeta Muhammad (saws): "El que se junta con un cojo, al tiempo si no cojea, renqueante".
Quien se junta con un herrero, olerá como él; y quien se junta con el que vende perfumes, al menos tendrá un buen aroma. (Resumido)

Busquemos en nuestra compañía a aquellas personas que nos aportan algo y que nos hacen bien, que nos ayuden a levantarnos si caemos, y que nos guíen por el camino del din (religión).

Salam alaykum wa rahmatu Allah wa barakatu

lunes, 20 de noviembre de 2017

Necesidades de los niños musulmanes en Europa

Somos muchos los musulmanes que vivimos en Europa. Y, gracias a Dios (الحمد لله) cada vez somos más los musulmanes europeos.

Es cierto que hay ciudades donde la sociedad es abierta y respetuosa, donde los colegios han empezado a dar la posibilidad de estudiar la religión islámica en el centro, etc.

Pero, desde mi punto de vista, nos encontramos con un problema que afecta tanto a mayores como a pequeños. Y es la falta de material en nuestro idioma, el español, basado en el islam.
En Francia, por ejemplo, existen numerosos libros para niños, juegos, y diversos material en francés.

Si bien todos deberíamos esforzarnos por aprender árabe, la lengua del Corán,  es cierto que no todos tenemos la misma capacidad, y que su aprendizaje necesita de tiempo.
Tiempo que se podría aprovechar aprendiendo también cosas del islam en nuestra lengua.

Y aquí, una vez más, es responsabilidad nuestra, de los padres y los adultos de la comunidad musulmana, que tenemos que esforzarnos por darles a nuestros hijos una buena base de conocimiento del islam, y facilitarles creando material en nuestro idioma.

Si son capaces de aprender inglés en el colegio con tan sólo 3 años, son también capaces de aprender árabe. Pero tenemos que poner de nuestra parte, primero en casa y luego en la comunidad islámica en general.
Y si son capaces de recordar cualquier cuento, y ya no hablo de historias paganas, sino por ejemplo de Caperucita, también pueden comprender las hermosas historias que se cuenta en el sagrado Corán. Sobre todo, si se las planteamos de una forma atractiva para ellos.

Hagamos el islam fácil para las nuevas generaciones, y abramos las puertas del conocimiento a todo aquel que, por desconocimiento del idioma, no puede saber.

lunes, 6 de noviembre de 2017

Las fiestas paganas y los hijos

El islam prohíbe celebrar cosas paganas y/o de otras religiones.
Las únicas fiestas que tenemos los musulmanes son el final de Ramadán, la fiesta del sacrificio, y los viernes como día más importante de la semana.

Nuestros hijos, los de los musulmanes que vivimos en Europa, tienen que convivir con niños de otras ideologías y ver en las escuelas diferentes cosas que no están aprobadas por el islam.
Aquí, cada padre y madre, cada familia, es responsable de la educación que quiera darle a sus hijos.

Yo voy a dar mi humilde opinión, que puede que no sea la más acertada, pero que es la que tengo a día de hoy.
Hace poco que ha pasado Halloween. En el colegio se habló de esto, en los dibujos de televisión se hicieron capítulos especiales de Halloween, los amigos de mis hijos celebraron Halloween, etc.
¿Y cuál es mi posición?  Si lógicamente mis hijos lo nombraron más de una vez.

En su colegio hubo un concurso de escobas de Halloween, querían participar, les dije que no era necesario y que podíamos hacer otras cosas más bonitas. No hubo celebración ni disfraces, pero si los hubiese habido les habría dejado claro que era "un juego más del colegio".
La niña quería disfrazarse porque sus amigas iban a hacerlo. Yo le dije que nosotros no nos disfrazamos de Halloween, que eso es una tontería, y que jugarían a disfrazarse de médicos, cocineros, o cualquier otra cosa para jugar con sus juguetes, pero cualquier día y no en ese concretamente.
Vieron dibujos de Halloween, porque si cada día ven una hora de esos dibujos, no iba a dejarlos sin televisión por eso. Pero entendieron que era un capítulo más con un cuento de Halloween. Algo que no existe ni tenemos porqué celebrar.

Y así seguiremos educando a nuestros hijos, si Dios quiere, con respecto a cosas que no nos conciernen pero que tienen que ver a diario en el resto de la sociedad.

Cada padre y cada madre son pastores de su propia familia, y ellos tienen la responsabilidad de elegir por dónde los guían.
Que Allah nos guíe por el camino correcto y nos facilite la educación de nuestros hijos, alejándonos de lo que nos ha prohibido.

lunes, 23 de octubre de 2017

Nuevos proyectos

Hace tiempo hablaba sobre la ambición.

Y es que soy una persona que no deja de marcarse objetivos. El problema es que, cuando nos exigimos demasiado, no llegamos a cumplir nada.
Bien dice el refrán que "quien mucho abarca, poco aprieta".

La rutina diaria es complicada de por sí.
Todos tenemos una serie de compromisos diarios, bien sea a nivel laboral o a nivel familiar en nuestras propias casas, incluso pueden ser de las dos cosas a la vez.

Ahora bien, para ser más productivo en nuestras obligaciones debemos organizarnos y gestionar bien el tiempo. Sólo así, dividiendo nuestro día y programando lo que tenemos que hacer en cada momento, conseguiremos llegar a todo aquello que queríamos conseguir en el día.

Como musulmanes, tenemos 5 momentos al día que pueden servirnos de guía.
Lo primero son nuestras 5 oraciones. El rezo es lo más importante y lo primero por lo que seremos juzgados.
¿Y si aprovechamos esos 5 momentos para repartir nuestro día?

¿Qué tal si programamos qué hacer después de salat fajr, entre salat duhr y salat asr? Quizás, marcando pequeños objetivos relacionados con las horas del rezo, consigamos ser más productivos.

Llevo tiempo sin publicar nada en el blog, y esto es debido a dos cosas: la mala organización del tiempo, que nunca me permite encontrar el momento; y que estoy empezando nuevos proyectos.

Desde hace mucho tiempo tengo algunas ideas en mente, y no las he llevado a cabo por miedo. Porque quizás sea una tontería, porque a lo mejor no sale bien, porque puede que mi proyecto no sea aceptado por la gente, etc, etc. Pero últimamente he decidido que no tengo nada que temer, que voy a luchar por aquello que me gusta, y que sólo así seré capaz de cumplir mis metas, mis sueños, y demostrarle al mundo que mis ideas no estaban tan equivocadas.

Por eso, de aquí en adelante, intentaré publicar en el blog cada dos semanas. Y pronto podré contar algo más sobre mis nuevos proyectos, si Dios quiere. (In shaa Allah).

viernes, 15 de septiembre de 2017

Tolerancia y ejemplo, empatía

Últimamente me he visto en conversaciones con personas no musulmanas que coinciden en una misma idea: "los musulmanes piden que se les respete y puedan integrarse en la sociedad, pero no quieren relacionarse con los no musulmanes".
Entonces, ¿cómo es esto?
¿Queremos que nos den, pero no queremos dar?
¿Queremos respeto, pero no respetamos?

Hay un término, quizás poco utilizado, la empatía.
Empatía es ponerse en el lugar del otro, tratar de ver / sentir lo que siente el otro.

Y esto es algo que deberíamos practicar más a menudo.
Empezando por nuestra propia casa y nuestra propia familia, y aplicándolo al resto de la sociedad.

Si yo sólo me relaciono con musulmanas, ¿qué imagen doy y qué pueden pensar de mí? ¿Cómo quiero que alguien se relacione conmigo si yo no me abro a la sociedad?

No digo que tengamos que abandonar el islam ni que nos metamos en lo prohibido. Decir ser abierto no quiere decir irse de discotecas, cambiar la forma de vestir y empezar a beber alcohol.

Se puede ser musulmán y abierto al mismo tiempo.
Se puede tener trato con musulmanes y no musulmanes indistintamente.

Hace pocos días, en la boda de mi mejor amiga, que no es musulmana, yo era la única musulmana entre más de 200 personas. Y allí estaba yo, con mi ropa larga que uso habitualmente, y con mi velo como de costumbre.
Eso es relacionarse, eso es dar una buena imagen del islam, eso es ser abierto.
Porque gano más respeto hacia mí, hacia mi velo, y hacia el islam siendo una más y viviendo en sociedad, no apartada de ella.

Si queremos tolerancia, demos ejemplo primero.

viernes, 25 de agosto de 2017

Racismo e islamofobia

Es más que evidente que existe tanto el racismo como la islamofobia.
Y, después de sucesos como los atentados, ambas cosas se incrementan.
Pero, ¿luchamos por acabar con estos términos o favorecemos su existencia?

Que la comunidad musulmana esté sufriendo ataques en estos días por la sociedad (pintadas en mezquitas, agresiones a personas a pie de calle, etc) es algo que merece un esfuerzo por cambiar, pues nadie merece ser atacado; ni los unos ni los otros.

Ahora bien, ¿es nuestro comportamiento como musulmanes tan ejemplar como para terminar con el racismo y la islamofobia? ¿O es el comportamiento de la comunidad musulmana el que alimenta estos términos?
Y no me refiero a los atentados, puesto que esos terroristas no son musulmanes, sino asesinos.
Me refiero a que, en la mayoría de los casos, se ve tanto en pueblos como ciudades que la comunidad musulmana está aislada del resto de la sociedad.
Pocas veces se ve a la comunidad musulmana participar en actos públicos y/o culturales, y pocas veces se ve a los musulmanes bien relacionados con el resto de la sociedad.
Más bien, vemos a una comunidad musulmana aislada en barrios, que sólo se relaciona entre sí, que no participa con el pueblo en el que vive, que no hace que sus hijos tengan vida de niños como el resto, que no gasta de su dinero por la vida en este país, sino que más bien gasta lo imprescindible para poder gastar al máximo en sus países de origen.
Y esto, hermanos y hermanas, no hace sino aumentar el racismo y la islamofobia.  Puesto que también es racismo no querer integrarse en la sociedad.

¿Qué tiene de malo llevar a tus hijos a la ludoteca, a natación, apuntarlos a teatro, que participen en actividades extraescolares y culturales? Si es un bien para ellos, para su integración y para el ejemplo.
¿Por qué no relacionarnos con las demás mamás en el colegio de nuestros hijos y hacernos amigas? Podemos tener nuestro trato más íntimo con la comunidad musulmana, no lo niego; pero también relacionarnos y abrirnos a la sociedad.
¿Cuál sería el problema de dejarnos ver en los comercios locales? Comer un helado en una terraza, desayunar en una panadería, etc.

Si queremos acabar con el racismo y la islamofobia, empecemos por dar ejemplo.
Empecemos por no ser racistas nosotros y abrirnos a la sociedad, para así poder mostrarnos y que se nos juzgue por lo que somos, y no por lo que la gente piensa que somos.

viernes, 18 de agosto de 2017

Víctimas de los atentados

Ayer, 17 de agosto de 2017, fue un día triste para Barcelona, para España entera, para los españoles, y para toda la comunidad musulmana.

Últimamente se ha extendido la costumbre del llamado "terrorismo islámico".
Dos tontos, por así decirlo, se entretienen atropellando a gente (como ha pasado también en otras ciudades europeas), salen huyendo, y se dejan la documentación en el lugar del crimen.
Parece absurdo que estos terroristas siempre se dejen su documentación en el vehículo para que se les pueda identificar fácilmente, y así relacionarlos con los grupos del "terrorismo islámico".

No sé quién está detrás de este tipo de actos, ni si, pudiera ser, que sean los mismos gobernantes quienes organicen todo esto.

El caso es, que TODOS somos víctimas.
Las personas que han sufrido el atentado, inocentes que han muerto, están heridos, o han quedado traumatizados por la dureza de los momentos vividos, son víctimas.
Los familiares de las personas que sufrieron el atentado, son víctimas.
Los vecinos y ciudadanos, son víctimas del miedo a que vuelva a ocurrir.

Pero, la comunidad musulmana de cualquier punta de España / Europa, todos somos víctimas del rechazo que sufrimos y sufriremos por este tipo de hechos.
Hechos que no tienen nada que ver con el islam, hechos que no tienen nada que ver con nosotros, pero hechos que incrementan el racismo y la islamofobia.

Hoy, casualmente, y puesto que sólo se habla del atentado en cualquier sitio, me han hablado de una película: "El lobo".
Yo no la he visto, pero parece que, la misma policía, infiltra a uno de ellos en la organización terrorista ETA, y acaban demostrando que no les interesa acabar con la organización porque ellos están formados para trabajar en este tipo de cosas y, de no existir, dejarían de ser necesarios y se quedarían sin trabajo.

No sé quién está detrás de los atentados, pero tenemos que luchar TODOS contra el terrorismo y de que personas inocentes como somos TODOS tengamos que sufrir por este tipo de hechos.


domingo, 13 de agosto de 2017

Amante de los libros

"¡Lee! (اقر)" Esa fue la primera palabra que se reveló del sagrado Corán.
Y es que leer es la mejor forma de aprender, a escribir correctamente, ampliar vocabulario, conocer culturas, viajar y vivir aventuras sin moverte de donde estés.

Ya he comentado en alguna ocasión que los libros han sido mi fuente de conocimiento, y que soñaba con cuentos.

Y la verdad es que, desde niña, siempre me encantó leer. He sido siempre una gran amante de los libros, las bibliotecas y las librerías.
Me encantaría tener mi propia biblioteca en casa, y no abandono ese gran sueño puesto que nunca se sabe si podré alcanzarlo (si Dios quiere ان شاء الله).

Ahora, miro hacia atrás y me doy cuenta de que, en los últimos 20 años, he ido adquiriendo libros que han dejado huella tanto en mi juventud, como en la vida adulta y en mi conocimiento del islam. Clásicos de la literatura, novela histórica novela juvenil, guías de introducción al islam... Incluso a día de hoy son los libros sobre maternidad y crianza los que acompañan este gran viaje que supone el ser madre de tres pequeños, como cuento en mi página sobre maternidad.

Lee, porque es leyendo como se aprende, como se cultiva el cerebro, como se abre la mente, y como se disfruta la vida mediante el viaje de la lectura.



lunes, 7 de agosto de 2017

Vencer mis miedos

Sufrí tantas críticas sobre mi persona, que la mente me jugó la mala pasada de crear un miedo infundado.

Islámicamente podría decir que los susurros del Shytan (demonio) para desviarme del buen camino me hicieron tener miedo de mi propia seguridad y sentimientos.

Hasta hace unos años, las críticas de la gente me hacían apartarme yo misma para que no siguieran hablando de mí.
Pero llegó un momento en que encontré la fortaleza para que eso dejase de importarme gracias a Dios (الحمد لله).
A partir de ese día, dejé de apartarme e intenté hacer vida normal enfrentando las críticas.

Me dí cuenta de que, aunque las críticas eran reales, no dejaban de estar porque yo me escondiera o me hiciera ver.
Y al hacerme ver y enfrentarme a las críticas, las miradas y las preguntan indiscretas de la gente, descubrí que era más el miedo que yo tenía, que lo que en realidad he tenido que ir enfrentando.

Cuanto más miedo he tenido, más me he escondido; y cuanto más me he escondido más miedo he tenido. Era la pescadilla que se muerde la cola.

Abrirme de nuevo al mundo, demostrar quien soy sin temor, no sólo me ha abierto puertas con aquellas personas que creía que se habían cerrado, sino que me ha dado la felicidad de hacer lo que creo correcto con seguridad y sin rechazo.

Confía en Dios (الله) y él te dará la fortaleza para enfrentar los miedos y los susurros que intentan apartarse del camino.
Confía en él (التوكل) y verás las puertas abiertas y un gran peso liberado en tu corazón y en tu conciencia.




domingo, 30 de julio de 2017

Sentirse decaído

Por muy creyentes que somos, las tentaciones del desvío y el mal camino están a nuestro alrededor constantemente.
Nos alejamos del mal, de lo prohibido, de las malas compañías...
Pero, por mucho que lo intentamos, es difícil que nunca nos sintamos superados por el shytan y nuestro ego, nuestros propios demonios interiores.

Sabemos lo que hay que hacer y lo que no, nuestras obligaciones y prohibiciones.
E intentamos cumplir siempre con esto y ser cada día mejor musulmanes, estar más unidos a Allah swt, y ser merecedores del Paraíso en la otra vida.

Pero, aún así, hay veces en que la rutina, las obligaciones, o cualquier cosa mundanal nos hace alejarnos de este buen camino. Y basta con que un día te alejes de algo o dejes de cumplir con algo, para que cada vez nos sintamos más lejos de ese buen camino que llevábamos.

Y una vez alejados, cuesta mucho retomar el camino del bien.
Aunque esa es la gran recompensa: hacer por volver al camino de Allah swt siempre que sintamos la tentación de alejarnos.

Somos humanos, tenemos derecho a equivocarnos.
Pero como tenemos la capacidad de razonar, tenemos también la obligación de buscar consejos y el ánimo para seguir y no decaer.




lunes, 24 de julio de 2017

La igualdad en la sociedad


Esta entrada puede que no sea exactamente sobre islam, pero es un tema muy importante en la actualidad.

Hace unos cuántos días, mi niña aprendió en la ludoteca el cuento de "Elmer, el elefante de colores".
Este tipo de cuentos enseña a respetar las diferencias. Muestra a un personaje diferente del resto que se siente mal por ello, un poco como el tradicional cuento "El patito feo".
Como dice la viñeta sobre Elmer: para ser feliz no hay que ser igual, para sonreír no hay que ser igual, el color no importará.

Y me quedo con esa idea final, y con la ilusión de que, en la sociedad en general, se vaya trabajando por la igualdad, por el respeto a las diferencias. Para que así seamos capaces de respetarnos unos a otros, de aceptar en lugar de juzgar.

La primera palabra del Corán que se reveló fue "iqra (lee)".
Y es que leyendo, desde pequeños, es como se aprende y como se crece como personas con una mentalidad más abierta.


sábado, 22 de julio de 2017

Un lugar donde vivir

Muchas veces he escuchado / leído a los musulmanes decir que quieren hacer hijra, emigrar buscando un lugar más apropiado para vivir el islam.

Pero, si nos paramos a pensar, ¿cuál es el lugar más adecuado para vivir el islam hoy en día?

Los países occidentales, en su mayoría, no suelen respetar la práctica del islam. Hay polémicas con la forma de vestir, con el hecho de celebrar ciertos actos, con la forma de practicar un entierro, etc.
Visto así, deberíamos vivir en un país de mayoría musulmana para que, al menos, vivamos la religión tranquilamente.

Pero nos encontramos con la pega de que, en los países islámicos, tampoco se dan los derechos humanos que el islam aprueba.
Cierto es que todo viene de Allah, que él es quien nos da el sustento, la salud, el dinero, la vida en definitiva.
Pero, ¿no sería un poco arriesgado emigrar con niños a un lugar donde la sanidad no es pública ni eficaz, no se garantiza un mínimo de sustento, y hay demasiadas dificultades?

Puestos a emigrar, debemos ser conscientes y valorar los pros y contras de cada lugar. Y entonces pedir a Allah que ilumine nuestro camino a la decisión más acertada.

sábado, 15 de julio de 2017

Juzgamos sin conocer, no podemos evitarlo

Así somos las personas. Vemos a alguien y por su aspecto ya pensamos algo: vaya pinta, viste demasiado elegante, qué ropa tan extravagante, vaya color de pelo...

Y, probablemente, el hecho de que nos llame la atención una cosa no sea malo.
Lo que es malo es ir más allá de ese pensamiento y reaccionar con un mal gesto, con una mala mirada, o peor aún tratando mal con hechos o palabras a esa persona.

¿Cuántas veces hemos conocido a alguien por medio de otras personas? Y probablemente la primera imagen que hemos tenido es aquello que nos han dicho.

El error está en no dar la oportunidad a esa persona para que nos muestre cómo es realmente, porque probablemente el punto de vista que otros tienen sobre ella no sea lo que nos acabe pareciendo a nosotros.

Muchas veces he vivido en mí misma miradas de rechazo cuando me ven llegar a un sitio puesta de pañuelo y ropa larga. Ahora bien, para mi sorpresa, y sobre todo para sorpresa de las personas que me estaban mirando mal, todo ha cambiado cuando he hablado.
¿Y por qué? A veces simplemente porque me escuchan hablar un español perfecto y se dan cuenta de que, o soy de aquí o llevo aquí toda una vida. Pero, otras veces, ha sido más mi educación, una sonrisa a su mala cara, un saludo, una despedida, o el hecho de que la gente vea que me integro perfectamente en la vida social.

Ahora mismo vivo en un pueblo donde hay muchos extranjeros, y muchos musulmanes.
Ven hombres con ropa larga casi a diario, y mujeres con hijab y jilaba por todas partes.
El problema es que, por lo general, estas personas están apartadas de la sociedad, no participan en actividades, no frecuentan negocios locales, etc.  Y así es como se nos juzga a todos, pensando que no sabemos vivir en sociedad.

Demos la oportunidad a las personas de que se muestran como son, y dejemos de juzgar por las apariencias o por lo que nos han dicho

domingo, 25 de junio de 2017

Los pequeños de la casa en Ramadan y Eid al Fitr

Es lógico que los niños pequeños no ayunan durante el mes de Ramadan, pero no por ello son menos partícipes de estas ocasiones tan especiales para nosotros, los musulmanes.

El año pasado, cuando mis hijos tenían 2 años y medio, y 1 año y medio, su celebración de Ramadan consistió en hinchar un globo cada día de Ramadan, preferiblemente a la hora de comer el iftar (cena), y que así fuesen viendo la cantidad de días que eran y lo bonita que estaría nuestra casa al terminar el bendito mes y para recibir la fiesta del fin de Ramadan (Eid al fitr). Además, colgamos unos carteles de Ramadan Mubarak e hicimos unos pequeños farolillos, en los que ellos "colorearon" (o más bien hicieron rayas).

Este año, con 3 años y medio, y 2 años y medio, su actividad ha sido un cartel de Ramadan, cada uno el suyo, en el que colorearon Ramadan Mubarak, y cada día de Ramadan han pegado una pegatina, completando las filas de días hasta llegar al Eid al fitr.
Como premio por el Ramadan que termina, han coloreado los carteles de Eid Mubarak y han recibido una sorpresa esta mañana: globos 🎈, regalos 🎁, tarta con velas 🎂 y piruetas gigantes 🍭.

Que Allah nos permita llegar al próximo Ramadan y enseñar más y mejor a nuestros hijos.

Implicar a los niños

Soy de las que piensa que la mejor enseñanza es el ejemplo, y que si quieres que los niños hagan algo, lo mejor es implicarlos desde pequeños en nuestro día a día.

Cuando cocinas, puede que no sea lo que más le guste, pero si lo haces partícipe en la elaboración, ya tiene un motivo para quererlo comer.
Cuando le dejas vestirse sólo, el simple hecho de verse mayor y poder imitar lo que hacen los mayores, le motiva más a intentarlo.

Y es por eso que, si pretendemos que nuestros hijos sientan la esencia del islam, de nuestras fiestas, y de porqué hacemos lo que hacemos, lo mejor es implicarlos desde pequeños.
De poco sirve decirle: cuando seas mayor entenderás, todavía eres pequeño para, pues con eso lo que estamos consiguiendo es apartarlos y dejarlos a un lado.

En una sociedad donde los musulmanes somos una minoría, y donde el islam tiene mala reputación, lo mejor es dar un buen ejemplo, empezando por nuestras casas y nuestros hijos

viernes, 23 de junio de 2017

La ilusión de los niños

Salam alaykum

Cuando hablas con la gente en temporada de navidad y le dices que no vamos a celebrar, ni tampoco vamos a regalar nada por reyes o papá Noel a nuestros hijos, enseguida saltan las alarmas:
-"Si eso no es religión" (pero va unido a una celebración religiosa)
-"Le quitas la ilusión a los niños"
-"La importancia de los regalos de reyes es que vivan la ilusión de ese día, que tengan ilusión por recibir los regalos sorpresa, que esperen con alegría ese día para ver qué recogen" Etc

Pero ya si a esto le unes que no le celebramos mega fiestas de cumpleaños como las que están de moda en estos tiempos, entonces sí que te dejan de loca total.

Pues yo creo que no hacen falta reyes magos ni nadie para hacer vivir la ilusión a los niños, puesto que esa misma se la podemos plantear en otros momentos: cuando volvemos del trabajo, de vez en cuando, darles una sorpresa que no esperan; cuando viene una visita inesperada, o simplemente el día que nos apetezca, y la ilusión será igual.  
Tampoco entiendo por qué sólo se pueden soplar velas el día del cumpleaños, sino que cualquier ocasión es buena para poner una tarta en la mesa y apagar las velas: un día que se reúne toda la familia, el final del curso escolar, después de haber estado enfermo...

Así que, viendo que en unos días será la fiesta de fin de Ramadan para nosotros los musulmanes, encuentro el momento perfecto para colgar globos, soplar velas, y recibir regalos.
Y esa será la ilusión de los niños ese día, un cumpleaños con reyes magos incluidos.

Que Allah recompense vuestros ayunos y nos permita llegar al próximo Ramadan. Amin.
Y que nos haga buenos padres para educar bien a nuestros hijos, sin jugar con su ilusión, pero tampoco con nuestra creencia.

Inactividad en el blog

Salam alaykum wa rahmatu Allah wa barakatu
(Que la paz, la misericordia y las bendiciones de Dios estén con vosotros)

Los últimos meses no he publicado nada en la página, pero eso no quiere decir que no tenga temas pendientes que contar.

Como ya comenté, he vivido en Francia una larga temporada, pero hace unos meses volví a España con intención de quedarme aquí (lo cual merece una publicación de reflexión).

También, hace un mes nació mi tercer hijo alhamdolilah (gracias a Dios).
Y a esto asocio una publicación sobre lo que queremos para nuestros hijos.

Pero ahora mismo, en los últimos días de este bendito mes de Ramadan en el que nos encontramos, tengo una publicación más interesante para los próximos días in shaa Allah (si Dios quiere): la ilusión de los niños.

lunes, 13 de marzo de 2017

Amigos no musulmanes

Muchos musulmanes se encuentran con el obstáculo de que no consiguen tener una buena relación con las personas de otras religiones, o incluso con aquellas ateas.
Otros, en cambio, no tenemos problema para mantener una buena relación con personas de creencia e ideología diferente.
¿El motivo? Respeto, ante todo.
En todos estos años y en todas las etapas que he ido pasando hasta llegar al día de hoy me he encontrado con gente que:
- Simplemente por el hecho de pensar diferente, se ha distanciado de mí sin a penas conocerme.
- Me ha conocido, pero al no compartir conmigo ciertas aficiones, gustos, creencias o pensamientos, ha elegido no formar parte de mi camino.
- Me ha dado la oportunidad de conocerme y se ha acercado a mí sin importar mi religión.
- Ha visto paso a paso mi evolución y no por ello ha dejado de estar ahí.
Estos dos últimos grupos de personas son lo que merecen la pena realmente, aquellas personas que están ahí por quién soy, por como soy.
Y sí, puedo decir con orgullo que tengo amigas de otra religión que para mí son más importantes que gran parte de mi familia.
Puede que no comparta con ellas fiestas de sábado noche, puede que no tengamos los mismos gustos en la comida, puede que nuestra forma de vestir sea completamente diferente...
Pero nos une una gran amistad basada, sobre todo, en respetarnos mutuamente, en aceptar las ideas y gustos la una de la otra, y compartir risas, momentos, alegrías y tristezas, compañía y distancia, sin importar en qué crea cada una.
Porque además de tener una creencia religiosa, tenemos otra creencia importante para nosotras: la creencia en la amistad y en el buen corazón de las personas.