Nos alejamos del mal, de lo prohibido, de las malas compañías...
Pero, por mucho que lo intentamos, es difícil que nunca nos sintamos superados por el shytan y nuestro ego, nuestros propios demonios interiores.
Sabemos lo que hay que hacer y lo que no, nuestras obligaciones y prohibiciones.
E intentamos cumplir siempre con esto y ser cada día mejor musulmanes, estar más unidos a Allah swt, y ser merecedores del Paraíso en la otra vida.
Pero, aún así, hay veces en que la rutina, las obligaciones, o cualquier cosa mundanal nos hace alejarnos de este buen camino. Y basta con que un día te alejes de algo o dejes de cumplir con algo, para que cada vez nos sintamos más lejos de ese buen camino que llevábamos.
Y una vez alejados, cuesta mucho retomar el camino del bien.
Aunque esa es la gran recompensa: hacer por volver al camino de Allah swt siempre que sintamos la tentación de alejarnos.
Somos humanos, tenemos derecho a equivocarnos.
Pero como tenemos la capacidad de razonar, tenemos también la obligación de buscar consejos y el ánimo para seguir y no decaer.
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