Translate

sábado, 8 de octubre de 2016

La influencia externa en nuestras decisiones

A pesar de que deberíamos siempre tomar decisiones por nosotros mismos, por nuestros sentimientos, por nuestras preferencias... siempre hay algo externo que nos condiciona a la hora de decidir.

Cuántos casos se han visto o se ven de personas que han comenzado una relación (de pareja o matrimonio) simplemente por escapar de su casa. Un entorno en el que tienen conflictos, por el motivo que sea, o donde no tienen libertad para elegir o son demasiado manipulados u obligados, que les hace querer salir corriendo, y lo hacen con la primera persona que se les cruza en el camino sin importar si la relación irá bien o mal.

A veces, este mismo mal estar familiar, en una familia conflictiva o desestructurada, hace a las personas querer salir corriendo en busca de algo mejor, que no siempre se encuentra. Un trabajo mal pagado, vivir con personas desconocidas, dejar perder amistades, estudios, etc... Cualquier cosa por escapar de esa situación.

Pero, una vez que ya te has ido, has escapado de algo que no te gustaba, ¿qué ocurre si en tu nueva situación te encuentras igual o peor que en la anterior?
El miedo a los reproches, al ya te advertí que no iría bien, a los comentarios de la gente y a las preguntas sin sentido que tendrás que responder... Todo esto hace que muchas personas prefieran seguir mal, aguantar y callar, para no tener que dar la razón o para no tener que verse criticadas nuevamente.

Fingir no es bueno, aparentar que todo está bien cuando no es así, tampoco. ¿Por qué conformarnos con lo que tenemos si podemos buscar nuevamente una salida?
Que el miedo nos pare a la hora de elegir, que no se frenen nuestros deseos por miedo a los demás.

Si algo no va bien, puede que tengas que verte en una situación difícil, pero el cambio empieza aquí y a lo mejor más adelante está eso tan bueno que deseas y mereces.
Que Allah swt nos guíe siempre en las mejores decisiones y no nos permita condicionarlas por el exterior.

lunes, 3 de octubre de 2016

Bajar la mirada


Hace años una persona me dijo algo así como: "si tu vas con tu mirada agachada no tendrás nada que temer, estarás tranquila".
En ese momento no lo entendí, y lo primero que me vino a la cabeza fue: "¿y yo por qué tengo que agachar mi cabeza? Si yo estoy muy orgullosa de quien soy y no tengo que esconderme de nadie".
A día de hoy, he entendido que esa frase no se refería a agachar mi cabeza como escondiéndome del mundo. Sino que se refería a bajar la mirada como signo de pudor, vergüenza, educación, respeto. Bajar la mirada por temor, pero temor a Allah swt, a desobedecer o a faltar en nuestro comportamiento.
Ante una persona que tiene más nivel que nosotros en algo, por ejemplo ante un profesor, ante un juez, ante un rey... a nadie se le ocurre mirarle con arrogancia, faltarle el respeto. Teme ser castigado por la falta ante alguien más alto en cargo que nosotros.
Entonces, ¿por qué deberíamos ser irrespetuosos con el creador, desobedecer en aquello que se nos ha ordenado?

Dice en el sagrado Corán algo así como que debemos bajar la vista y recatar nuestra mirada, y conforme aumenta nuestra fe, aumenta la obediencia, y también en este acto.
Llega un momento en que te da vergüenza mirar a ciertas personas (hombres que no conoces), que te sonrojas por el simple hecho de tener que pedirles algo (por ejemplo a nivel administrativo o de compras), que prefieres mirar a cualquier lado antes que mirarle fijamente a los ojos.
Y ¿acaso es eso un signo de debilidad, de ser menos? Para nada, es un signo de que tienes vergüenza de tratar con esa persona, que temes desobedecer en aquello que se te ha ordenado, y que tu pudor y hace que te comportes así.

Que Allah nos facilite el mejor comportamiento para complacerle y obedecerle.