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lunes, 15 de enero de 2018

Inculcando valores positivos

Aunque la televisión, las películas y las series son una pérdida de tiempo evidente, ya que se ven deberían aportar algo a nuestras vidas.
Pero es especialmente con nuestros hijos con quienes debemos tener cuidado a la hora de ver dibujos animados o películas.

Nosotros no abusamos demasiado de este tipo de contenidos, pero es cierto que a los niños les gusta sentarse a ver la televisión de vez en cuando. Y el poco tiempo que ven dibujos, me gusta que al menos sean con valores positivos.

En la televisión, bien conocida como telebasura, muestran contenidos violentos, obscenos, maleducados, etc. Pocos dibujos hay que enseñen verdaderos valores.
Incluso, recientemente, se están criticando dibujos y series infantiles y juveniles porque invitan a la homosexualidad.

No seré yo quien entre en el debate de si la televisión está permitida o no en el islam. Ni mucho menos en una polémica sobre la prohibición de la homosexualidad en cualquiera de las religiones monoteistas. Para eso, ya están los sabios que son quienes mejor nos pueden aconsejar.
Y con respecto al tiempo de ocio que gastamos (o malgastamos) frente a una pantalla, soy de la opinión de que hay un término medio. Ni prohibido completamente, ni permitido en su totalidad.
Porque si prohibimos la televisión para alejarnos del haram y no perder el tiempo, y utilizamos como sustituto internet, poco progresamos. Pues ahí hay, incluso, más contenido que nos hace perder el tiempo y nos invita a lo prohibido.

Por eso, y volviendo al tema que ocupa este artículo, voy a hablar sobre lo que permito ver a mis hijos.
Existen series que recuerdo de mi infancia que aportaban valores y mucho contenido a cualquier niño.
Al igual que el libro "El principito" muestra la importancia de la amistad, la humildad, la empatía...
También lo hacen series como "Heidi", "Marco", "La abeja Maya". Incluso para conocer mejor teníamos "Érase una vez... la vida", "Érase una vez... el hombre", "Érase una vez... el cuerpo humano".
Hoy en día, algunas series como Heidi o La abeja Maya se han reeditado con una presentación mucho más atractiva".

Al igual que tenemos internet para buscar información, aprender, criticar en redes sociales, y un sinfín de cosas, aprovechemos la tecnología para que nuestros hijos aprendan valores positivos. Pues el carácter del musulmán no es sólo rezar, sino su comportamiento en general: con él mismo, con la familia, con los vecinos, con la sociedad.

Y, ya puestos, tenemos algo más para utilizar con nuestros hijos.
Quizás sea difícil que se sienten a escuchar historias del Islam y el Corán durante horas, hay que ir poco a poco y con mucha paciencia y dedicación. Pero, como en todo, aprenden más si es de manera divertida, lúdica e indirecta, que si estamos obligándoles a aprender.
La serie "Animales en el Corán", que la encontramos directamente doblada en español, puede ayudarnos en esa tarea de enseñar a nuestros hijos.
El libro digital gratuito "Historias de buenas noches del Corán" es otro recurso para que nuestros hijos aprendan.
Otro recurso, aunque no está en español, es esta serie de Suras cortas del Corán para que los niños practiquen.

Es cierto que hay muy poco material en español, pero como musulmanes, y como padres de las generaciones venideras, tenemos que cambiar la situación:
- Utilizando material en otros idiomas (árabe, inglés, francés) que puedan sernos de ayuda.
- Buscando la semejanza de ciertas historias en español a los valores del Islam.
- Creando y adaptando material en español.

Si tienes alguna idea sobre este tema, te pido que me dejes un comentario. Porque entre todos podemos mejorar la situación.
Si no sabes cómo enseñar a tus hijos y no conoces recursos que puedas aprovechar, déjame un comentario para que alguien pueda aconsejarte y ayudarte.
Si quieres colaborar en la creación de material en español, deja tu comentario.

As salam alaykum wa rahmatu Allah wa barakatu

lunes, 1 de enero de 2018

¿En qué día vivimos?

Recién estrenado el año nuevo 2018, muchas musulmanas y musulmanes han llenado sus redes sociales de felicitaciones por el año nuevo.

Unos lo han felicitado, mostrando empatía por sus familiares y/o convecinos.
Otros, con la mentalidad del más estricto haram, se han dedicado a criticarles y juzgarles por este hecho.
Pero en el término medio está la virtud:

  • Si queremos aconsejar a alguien de que está haciendo algo mal (según nosotros) debemos hacerlo en privado. Atacar a una persona en los comentarios por algo es de muy mala educación. 
  • Puede que esa persona que está felicitando el año nuevo lo haga, simplemente, por educación y empatía por las personas de su entorno que lo están celebrando. Al igual es mucho mejor y más recto en la religión que tú en otros aspectos que no conoces. 
  • Y si está celebrando el año nuevo, es problema suyo. Puede que no vea nada malo en hacerlo y que quiera celebrarlo, no somos quién para juzgar. O puede que, simplemente, le de igual si está bien o mal, y puesto que recaerá sobre su balanza, ¿quién somos nosotros para criticarle?
Con esto, no estoy defendiendo ni la celebración del año nuevo ni las felicitaciones, sino recordando que tenemos que ser conscientes de ciertas cosas antes de actuar. 

Y ahora viene la pregunta: ¿sabemos en qué día vivimos? 
Porque, lógicamente, nos guiamos por un calendario gregoriano que aparece en nuestras agendas. Y todo, absolutamente todo, gira en torno a ese calendario: citas médicas, reuniones, actos, fechas de nacimiento, etc. 
Pero, como musulmanes, debemos recordar que también seguimos el calendario islámico - musulmán -  lunar - hijri. Y por tanto, ser conscientes de las fechas del mismo. 

Muchos de los musulmanes que se esfuerzan por aconsejar y dar una buena imagen de comportamiento ejemplar, ni siquiera saben en qué fecha del calendario hijri nacieron, ni el día que nos encontramos. 

Nos pasamos días mirando y preguntando a ver cuándo empieza Ramadán, cuándo termina, qué día será la Fiesta del Sacrificio... Pero ¡no tenemos ni idea de qué día es hoy en el calendario musulmán! Y pasamos por alto fechas señaladas en el mismo como Ashura o Arafat, por ejemplo. 

Seamos conscientes de que cada uno tiene sus circunstancias personales, y que no somos quien para atacar, criticar, juzgar. 
Aconsejemos en privado, intentando ayudar y no herir. 
Pero, sobre todo, esforcémonos por ser mejores nosotros, aumentar nuestro conocimiento en el din -religión-, y mejorar como musulmanes. 

As salam alaykum wa rahmatu Allah wa barakatu.